La agricultura y la ordenación del uso del suelo desempeñan un papel en la preservación de este recurso que, a pesar de la imagen de abundancia en el País Vasco Norte (casi 1400 mm de precipitación anual) sigue siendo un recurso frágil a usar y gestionar con moderación.

La fragilidad del recurso de agua potable del País Vasco norte es real. La mayoría de sus habitantes reciben agua potable de los ríos, incluidos Nive y Nivelle.

Después de ganar licitaciones de las colectividades territoriales a cargo del agua en las cuencas hidrográficas, Euskal Herriko Laborantza Ganbara realizó un amplio trabajo de diagnóstico en las explotaciones ganaderas en las cuencas de Nive y Uhabia en 2008 y 2009.

Se están llevando trabajos de animación en estos dos territorios, con el objetivo de mejorar la calidad bacteriológica de los cursos de agua y mantener una buena calidad fisicoquímica (nitratos, pesticidas). A través de visitas y formaciones con los campesinos, Euskal Herriko Laborantza Ganbara brinda asesoramiento agronómico relacionado con los riesgos de la contaminación del agua. Cubrir y compostar los estiércoles, respetar las distancias de esparcimiento, gestiónar los bosques de riberas, evitar la contaminación directo del agua… todas estas «buenas prácticas» permiten limitar los riesgos de contaminación del agua.

Aunque la bacteriología sigue siendo el principal problema de calidad del agua en el País Vasco norte, el monocultivo de maíz tiene en algunas áreas un impacto en el recurso hídrico a nivel cuantitativo (riego) pero también cualitativo. El sistema de monocultivo de maíz puede conducir a fenómenos de erosión de los suelos agrícolas, a la contaminación de plaguicidas (detección de metolaclor, herbicida de maíz, en agua del grifo en Mauléon en 2015). Para evitar estos problemas, Euskal Herriko Laborantza Ganbara ofrece capacitación técnica en diversificación, interculturas, técnicas agrícolas simplificadas o desherbado mecánico.